... y entonces me dije a mi misma: Suénate la nariz, arréglate el cabello y levántate, baila, diviertete, ríe, disfruta, se fueron ellos, pero no te fuiste tu, si ellos no estan es tu responsabilidad seguir viviendo, no harás que tanto haya sido en vano.. y fué así como decidí que ese y todos los días que seguían por delante, SERÍAN un buen día.
¡Feliz Cumpleaños a mi!
¿un cumpleaños difícil? si, un poco, pero la verdad dentro de todo fué bello, lo sentí como el inicio de una nueva etapa en mi vida, en el que estaría quien en verdad quisiera estar, en el que decidí no luchar de más por causas que solo gastan mis energías y no generan ningun resultado.
Ese día, extrañé a mi morita, mucho, recibí un abrazo de mi ñoño por su papá representante, lloriquée y moquée un rato, disfruté el día y a las personas que estuvieron conmigo, ahora aún más consciente de que nunca se sabe cuando será el último.
Me di la oportunidad de tristear, de reir, de sentir, me olvidé del evidente protagonismo de los novios en la boda y quise ser el personaje principal de mi día, y ese chico maravilloso que un día comenzó a aparecer en las fotos, me hizo sentir la princesa del cuento, sin dejarme ni un instante sola, y entregándome en las manos un ramillete de recuerdos y de amor.
En verdad quiero pensar que es el inicio de una nueva etapa, en la que me voy a dedicar a vivir, a disfrutar, a dejar atrás, a jamás olvidar, pero no a estancarme, a dedicar lo bueno, a aprender de lo malo y a desechar lo que se tenga que desechar.
Los genios de lámpara no existen, aunque yo me veía linda como una, es tiempo de madurar, aunque eso implique dejar atrás un pasado que por sentimentalismos siempre quise conservar, es hora de escuchar mi voz, es hora de tomar los consejos de mamá, no se le puede dejar todo a mis "ángeles" ellos ya no estan, no hay necesidad (y no debe haber necedad) de evocarlos por cosas que puedo resolver por mi misma. Ahora si que "si tiene solución ¿para qué sufrir? y si no la tiene ¿para qué sufrir?"