Fue en ese momento, cuando me sentí la mujer más afortunada, tenía todo lo que necesitaba, el aroma de las flores, un incesante torrente de agua, mis recuerdos y una sonrisa.
Tenía un padre amoroso que aunque histérico, siempre daba una risa a mis días.
Un montón de mamás extras, que a pesar de los reproches, estaban ahí para mí.
Unas cuantas amistades dispuestas a hacer de todo para hacerme sentir mejor, desde regalarme una taza, contratar un payaso, debatir religión conmigo, invitarme a comer, darme regalos imposibles.
Un amor maravilloso que si bien me tomó por sorpresa y vino a ser justamente todo lo que no pedía, resultó ser exactamente lo que siempre quise para mi. Con todo y sus perfectos defectos.
Sobrinitos (as), gigantescos, muy altos, todos, dispuestos a dar un abrazo, a hacer alguna travesura, una cosquilla, a darme un beso con babas en alguna mejilla, o a de repente hacer el tan divertido berrinchito del que saqué mi frase "ya no voy a ser tu amigo" acompañado de un puchero peculiar, (al que siempre respondo, "pues te aguantas, porque mi sobrino no dejas de ser").
Tenía hasta a un primo (con más razones que yo para salir corriendo) dispuesto a ser mi padrino de "tuppers".
Evidentemente tenía TODO lo que necesitaba.
¿Entonces? ¿Por qué me sentía tan miserable? (por ridícula) ¿Por qué no me permitía ser feliz? (por ridícula).
Me descubrí siendo hipócrita, siempre queriendo que la gente vea el vaso medio lleno, cuando llevo 4 meses viendo el vaso más que medio vacío..
¿Estaré deprimida? ¿Realmente creo en las depresiones? No lo sé, algo anda mal, eso es seguro, dicen que el primer paso es ese, pero ¿quién me dice cuanto tiempo dura el primer paso?
No hay comentarios:
Publicar un comentario