viernes, 15 de enero de 2016

18/Dic/2015

¡Hola!

Hace mucho que no te escribía &... hoy parece ser el día apropiado para hacerlo.

Hoy escuché muchas veces salir de tu boca la palabra "juego" & aunque no sé definirnos & no puedo poner un nombre sé que definitivamente un juego no es.. Sé que lo que empecé a sentir fue algo real, grande & bonito... & aunque ahorita esos sentimientos están mitad revueltos, mitad en pausa, no desmerecen.

Quiero también ofrecerte una disculpa, tu siempre me dices que no quieres lastimarme y siento que hoy te hice eso yo a ti, te empujé a hacer algo que aunque los dos deseábamos, no debía suceder.. Si pienso en ti, no me arrepiento de que pasara, pensando en las circunstancias solo siento culpa & cierto remordimiento, lamento mucho haberte causado todo ese bonche de cosas & haberte convertido en una figura que tiempo atrás te causó tanto dolor.

Realmente no tengo algo ordenado que decirte, te quiero mucho, te aprecio como persona y como amigo, te has convertido en alguien importante en mi vida & no quiero perderte del todo. Sé que estoy en modo "ñoño post-encuentro" pero siento dentro de mí un apego muy raro para contigo, fueron demasiadas cosas pasando al mismo tiempo, en mi mente, en mi cuerpo, en mi corazón... 
Quisiera pasar un poco más de tiempo contigo, pero sé que eso solo nos traería conflictos, solo llevaría lo que siento a crecer aún más, ¡Agh! ya solo estoy pensando cosas & escribiendo al azar...

En algún punto esta carta se convirtió en una conversación conmigo misma.

Revivo nuestros momentos una & otra vez en mi cabeza, me pregunto si tu haces lo mismo ¿qué pasará por tu cabeza? ¿cómo te sientes? & ni siquiera me respondes & lo entiendo, pero solo quiero saber un poco de ti, & es que así soy yo, así funciono, me expongo a las cosas & una vez "picada" solo quiero pequeñas dosis del mismo veneno...


& ahora.. 
¿cómo te saco de mi?

viernes, 8 de enero de 2016

Cuando la nada es todo...


Había leído esa frase mil veces, siempre me había parecido bonita, profunda, sin embargo no la había entendido del todo, hasta que la conocí a ella. Hasta que la conocí, con toda su elegancia y sus aires, con sus momentos de niña y de mujer adulta, con toda su gracia y conversación.
Al principio apenas la noté, pero un día sin siquiera darme cuenta y como un vertiginoso viento, pasó junto a mi, y me quedé prendado.
Ya no lograba vivir un día sin ver su sonrisa, sin oler sus cabellos, sin mirar esos brazos delicados y esos labios que tanto me hechizaban.
Nunca fue mía, sin embargo la tuve a momentos, la tuve cuando atrevida se decidió a besarme, la tuve cuando impulsivamente la besé yo a ella, no, no podíamos tenernos y ambos siempre lo supimos
sin embargo siempre dejamos la puerta abierta y si no, una ventana.
La tuve con sus risas, con miradas, cuando hacíamos bromas y cuando nos portábamos serios,
la tuve sin tenerla como parte de una rutina: un beso en la frente, un beso en la sien, un suspiro, y luego, nada.
Nunca fuimos nada, sin embargo mil veces sentí que lo éramos todo.

Ahora, ya no la tengo, fue un amor que duró mil horas, fue un amor que duró un día, no fue amor, fue un vicio. Fue un algo que no fue nada, fue una nada que lo fue todo.
Simplemente fue. Ahora, es solo un escrito en un papel.